México continúa siendo una de las naciones con mayor actividad sísmica en el mundo, debido a su ubicación geográfica sobre la convergencia de cinco placas tectónicas: Norteamérica, Pacífico, Cocos, Rivera y Caribe. Esta interacción constante genera frecuentes terremotos, algunos de gran magnitud, que afectan diversas regiones del país.
Movimientos recientes y zonas afectadas
En los últimos días, el Servicio Sismológico Nacional (SSN) ha reportado varios sismos significativos. El 8 de julio de 2025 se registraron temblores en Oaxaca (magnitud 4.3), Michoacán (4.1) y Chiapas (4.2), afectando principalmente el sur y occidente del país. Posteriormente, el 10 de julio se sintió un sismo de magnitud 5.2 en Tonalá, Chiapas, con epicentro a 79 kilómetros al suroeste y a una profundidad de 28.5 kilómetros.
El 13 y 14 de julio continuaron los movimientos telúricos, reflejando la alta actividad sísmica habitual en México, donde se registran aproximadamente 90 temblores anuales mayores a 4 grados en la escala de Richter.
Por qué tiembla tanto en México
La razón principal de esta constante actividad sísmica es que México se encuentra en el llamado “Cinturón de Fuego del Pacífico”, una zona geológica con intensa actividad volcánica y sísmica. La subducción de las placas de Cocos y Rivera bajo la Placa de Norteamérica libera energía que se manifiesta en forma de terremotos. Las entidades más afectadas suelen ser Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Jalisco, Michoacán y la Ciudad de México.
Sistemas de prevención y alertas
Para mitigar el impacto de estos fenómenos naturales, México cuenta con uno de los sistemas de alerta sísmica más avanzados del mundo, el Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (SASMEX). Este sistema detecta las ondas primarias de un sismo y emite alertas segundos antes de que lleguen las ondas destructivas, permitiendo a la población tomar medidas preventivas y reducir daños.
Impacto social y preparación
A pesar de la frecuencia de los sismos, México ha desarrollado una cultura de prevención y respuesta rápida que ha salvado muchas vidas. Sin embargo, la amenaza constante sigue siendo un desafío para las autoridades y la sociedad, que deben mantener actualizados sus planes de emergencia y fortalecer la infraestructura para resistir futuros terremotos.
Este panorama muestra cómo México vive con la realidad de los terremotos día a día, adaptándose y preparándose para enfrentar esta fuerza natural con resiliencia y tecnología.